Vendimiado la segunda semana de septiembre de forma manual. Todos los racimos fueron encubados enteros sin estrujar ni despalillar.
Vinificado en depósito de acero inoxidable con las propias levaduras autóctonas de los diferentes viñedos de la añada de vendimia. No se realizó corrección ni aportación alguna al mosto. Desfangado e inicio de la fermentación maloláctica también en depósito de acero inoxidable para, a continuación, sacar el vino al exterior y, aprovechando los rigores del invierno, clarificar y estabilizar de forma natural. Se trasiega para quitar impurezas y residuos sólidos por decantación, permitiendo al vino llegar a la fase de embotellado en unas condiciones de limpidez y estabilización natural óptimas. No obstante, durante la vida en botella, como es normal, es posible que surjan precipitados dada su elaboración natural.