Vendimiado la última semana de septiembre de forma manual, despalillado y estrujado. Maceración de 7 días con sus propios hollejos. Se fermentó en depósitos de acero inoxidable de 2.000 litros con las propias levaduras autóctonas de los diferentes viñedos de ese año en concreto. No se realizó corrección ni aportación alguna. El mosto fue inertizado para evitar oxidaciones excesivas. No se realiza fermentación maloláctica aprovechando los rigores del invierno castellano que, tras varios meses en la intemperie, nos ayuda a tener un vino limpio y estabilizado. Posteriormente se embotella en unas condiciones de limpidez y estabilización naturales. No obstante, durante la vida en botella, como es normal, es posible que surjan precipitados dada su elaboración natural.