Vendimiado la tercera semana de septiembre de forma manual, despalillado y estrujado. Maceración de 3 días con sus propios hollejos. Se fermentó en depósito de acero inoxidable con las propias levaduras autóctonas de los diferentes viñedos de ese año en concreto. No se realizó corrección ni aportación alguna, el mosto fue inertizado para evitar oxidaciones excesivas. No se realiza fermentación maloláctica aprovechando los rigores del invierno castellano, que tras varios meses en la intemperie, nos ayuda a tener un vino limpio y estabilizado. Posteriormente, se embotella en unas condiciones de limpidez y estabilización naturales. No obstante durante la vida en botella, como es normal, es posible que surjan precipitados dada su elaboración natural.